Te asombrarías de cómo pasa el tiempo, de cómo crecemos. Si pudierta explicártelo, te asombrarías de las costumbres que hemos perdido, de los miedos que ya no tenemos. Te asombrarías, si lo supieras, de las personas que han seguido nuestros pasos, de las que nos han sobrepasado, de las que nos siguen de lejos.

Te sorprendería el murmullo de mis años, de cómo crujen las huellas a nuestros pasos
ahora que pesamos.

El avión

Vuelo de ida sin billete de vuelta.
23kg de equipaje + maleta de mano.
Avión rosa y morado.

Hace un año despegaba rumbo una desconocida (hasta unos meses antes, para mí) ciudad Silesia.

Momentos (no tan momentos)

La respuesta es nada. La respuesta a qué haces qué sabes qué te interesa que tienes qué quieres qué haces qué buscas qué opinas qué dices qué escuchas qué piensas qué haces. Es nada. Una sombra, o lo más parecido a una sombra porque sigues tropezándote por la calle y no puedes caminar con los ojos cerrados. Y tienes que comer y dormir y seguir una rutina o algo que de lejos puede parecerlo. Sabes que de alguna manera hay que salir de ahí, pero tampoco hay fuerzas.

Y entonces te encuentras intentando respirar como una persona normal, manteniendo a raya las lágrimas o dejándolas caer según la situación (tú situación), queriendo dejarte caer al suelo y acurrucarte hasta que todo pase. Al cabo de un rato, minutos, horas, vuelves a poner la mente en blanco y puedas simular que está todo bien, por lo menos durante un par de horas más.

Hasta que, casi sin que te des cuenta, tus pensamiento vuelven al principio.

Hola.

(no tengo muy claro qué hago aquí)

De monstruos y sábanas

Se les olvidó que los secretos profundos se guardan en el caos de las habitaciones vacías, entre las vigas de las casas en ruinas y junto a versos no publicados. Se les olvidó, y pasaron buscando una razón para reordenar sus días más de una tarde de otoño. Fue cuando tuvieron entre manos las mantas apolilladas del invierno pasado y pudieron describir con exactitud la geometría de los bordes quemados por colillas que nunca fumaron, cuando descubrieron que los monstruos imaginarios no se esconden bajo la cama.

Siempre duermen a tu lado.



Ensayos.

Fotografía: The Drawing Studio, Sarah Jones