domingo, 31 de mayo de 2009


En la inconcebible sincronía con el medio (sentado o de pie) que se alcanza en los días soleados en que tienes que sumergirte en la tediosa tarea de memorización sistemática de datos sobre piedras colocadas años ha, me permito rebozarme en este mundo que llaman del intrené y descolocar de nuevo el historial del navegador para acabar hurgando con nariz de ratón y cuerpo inconexo de impulsos electrosintácticos en nombres de hombres que siempre quise tener. Entre tanto surfeo de blog en blog, como cuando quiero leer y no puedo y decido buscar otra plantilla más colorida, mas en sincronía con este medio sentado-medio de pie y soltar unas cuantas palabrejas sin sentido. Y hete aquí que tropíezo un una piedra justo en el cruce de caminos, que leyendo me introduzco inevitablemente en mi independiente definición de catarsis y de palabras y me repito lo que le dije a Ana esta misma mañana, que vibren las palabras y a la mierda lo demás, por mucho que me canten o me digan que debería escuchar y leer, y observar puestos a dibujar el día a día y soltar mentiras a las dos y media bajo un mendrugo de pan sinclástico (espera, que busco esa palabra en el diccionario por si existe y me atraganto) mientras mis pensamientos vuelven a moverse entre el morado y el amarillo, entre mi violeta y mi rosa con espinas color verde baja un cielo de erizos que te erizan las puntas del vello. Ya digo yo que estoy desvariando como lo he hecho otras veces para acabar poniendoos al final un blog, sólo uno. De un genio. De mi genio -personal- al que en pocos meses he encumbrado sin que sea necesario un poster en mitad de la pared de mi habitación ni gritar como una quinceañera de quince años, porque seremos quinceañeras pero inevitablemente creciditas asi que, queramos o no, hemos de llevar la catarsis en nuestras venas y vestirnos de punta en blanco, con sobrero y gafas de sol para hacer el chiste malo del milenio mientras yo pienso, ¿quién se tragará esto? Enhorabuena si sigues mis pensamientos y comprendes (algo más) que yo. Y quiero definir catarsis y sin embargo me tropiezo con el recuerdo de una pequeña que me llama desde hippie bohemia hasta catalana, de lo cual sólo me creo lo tercero y ni eso, porque yo soy castellana inevitablemente, que si no se lo digan a cualquiera que se me acerque más de dos metros a la redonda, pero da igual porque en este caso no me importa se catalana de diversión y de piedras colocadas en forma de barrio gótico, ya-ves-tú que casualidad la de que me llame sus mañanas desde el tejado en cuanto me descuido y me desvisto de dos en dos pensando en colores y helados, por qué no, si casi estamos en verano.


Por cierto, que el blog es Vidas Ejemplares del Antiguo Niño Prodigio. Y esa es la demostración de lo mal que me sienta estudiar.

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