domingo, 2 de agosto de 2009

La vía de tren abandonada aún huele a carbón y al magnetismo animal en los reencuentros bajo marquesinas y relojes gigantes.

Desprende el sonido de las traviesas a la sombra intermitente del paso de un tren.


Seduce y niega su paralelismo inmune al paso del tiempo.

Está a punto de contarte sus historias, pero ya las ha olvidado.




De todas formas, dice, las piedras ciegas tienen mejores relatos.



(todo eso es cierto, me lo contó ayer un puente de hierro algo oxidado)




Fotografía: Abandoned Railway, de mrk

3 comentarios:

X dijo...

Hierro oxidado y vías del tren. Solo hay que saber escuchar lo que dicen, así como los indios. :-)

Psicodélica dijo...

viajar en tren ayuda a pensar.
PD: El twitter es un lío! Sólo me siguen chicas ligeras de ropa... POR QUÉ?! jaja

Yopopolin dijo...

que sugerentes pueden llegar a ser las vias del tren... siempre me ha parecido que tienen algo especial...

bss