miércoles, 25 de febrero de 2009

Des-quiciada

Te desestabilizo y tú, desmemoriado como en aquella pesadilla de la que me dejaste despertar desenfadada, te dedicas a los desplantes y destronas a otra princesa dorada. A cambio, decides tomar el metro treinta y tres, como los médicos, y apagas todas las farolas de gas que van desde la esquina hasta mi habitación. Vistes de azul metálico, camuflaje ideal para un lobo de acero entre ovejas eléctricas desconociendo que lo mío son las jirafas de algodón. Si me desvelo podré verte desplazándote sin miedo paso a paso, descuidando los despieces de mi cama que dejaste bajo la almohada para que crea que de nuevo existe el ratoncito Pérez. Pero no estás, así que te despido deslenguada, inmersa en un insomnio delirante que desdice tus palabras mejor que tú.
Descalza, deslumbrada. Invito yo.




Edité un "te" que se me había colado... (o me lo había bebido, para variar)

6 comentarios:

X dijo...

El ratoncito Pérez sí que existe. Des-pierta. :)

Yopopolin dijo...

deslumbrado yo con tu entrada!! xD

bsetes!

M dijo...

No te desquicies, que me ha gustado mucho la entrada! :)

Creo que lo de las fotos tendremos que dejarlo para otro día, que este finde tengo visita....
Ya nos pondremos de acuerdo, ya..

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo con que el insomnio es el número uno desdiciendo a los demas...

P.D. Si no eres princesa, ningún no-príncipe no-azul podrá destronarte nunca. Mejor ser la bruja del cuento que la princesa (eso llevo pensando desde pequeña...) ;)

Un besote!

Celia dijo...

Si no puedes con él... ¡alíate!... y a ver que pasa....

¡Tremendo!

Me ha gustado mucho

Besotes

A.fn dijo...

Acabo de des-cubrirte, y me has des-lumbrado.