Se les olvidó que los secretos profundos se guardan en el caos de las habitaciones vacías, entre las vigas de las casas en ruinas y junto a versos no publicados. Se les olvidó, y pasaron buscando una razón para reordenar sus días más de una tarde de otoño. Fue cuando tuvieron entre manos las mantas apolilladas del invierno pasado y pudieron describir con exactitud la geometría de los bordes quemados por colillas que nunca fumaron, cuando descubrieron que los monstruos imaginarios no se esconden bajo la cama.
Siempre duermen a tu lado.
Ensayos.
Fotografía: The Drawing Studio, Sarah Jones
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