martes, 28 de noviembre de 2006

Fantasmas del pasado [III]


Se obligó a abrir los ojos y volver al presente, no podía perderse en el pasado a un paso de encontrar lo que tanto tiempo llevaba buscando. Se levantó apresuradamente, huyendo de los tristes recuerdos que le traía esa barandilla y corrió hacia las puertas de su antiguo hogar. No dudó en tirar de las hojas de la gran puerta, tenía la seguridad de que se abrirían. Para ella, sí.
Un chorro de luz iluminó el vestíbulo por primera vez en muchos años. El polvo lo cubría todo, aparentando haber sido congelado en algún instante en el tiempo. El mármol ya no brillaba como había hecho años antes y todos los objetos emanaban un frío fantasmal que helaba los huesos. Nada se movía, tan sólo parte del polvo que se había levantado, posándose lentamente sobre el suelo. Era una habitación vacía de vida.
Elia avanzó un poco, adelantándose en el vestíbulo, observando y recordando con cada decorado, cada ventana, cada columna que veía. Se paró en mitad del vestíbulo, pensando qué camino recorrer, dudando qué habitación dejar para el final de su búsqueda, cuando vio aquella puertecita, oculta tras la misma decoración que toda la pared, pero que brillaba para sus ojos. Sí, si estaba, casi seguro que fuese ahí, en ese cuarto vacío y en permanente desuso, desde el que espiaba de pequeña a los visitantes por una ventana que daba al exterior y que descubrió siendo muy niña, en el que jugaba a solas; ese cuarto que siempre pasaba desapercibido y era un escondite perfecto. Pero sería una desilusión tan grande si no estaba… Decidió empezar por las habitaciones situadas arriba, después ya recorrería las salas del piso inferior.
La planta alta de la mansión aún conservaba parte de su majestuosidad, pero muchas de las habitaciones habían sido vaciadas, quedando ocupadas tan sólo por el polvo de los años. Los que habían sido sus aposentos guardaban todos sus muebles; pudo reconocer alguna labor enmarcada de las que decoraban las paredes; la cómoda parecía no haber sido tocada desde que abandonó la casa, pero unas tenues huellas indicaban que, tiempo atrás, alguien se había acercado a ella. El vestidor también contenía todos los muebles y, tras una pequeña investigación, comprobó que todos sus vestidos se hallaban en el lugar donde los dejó…, menos uno que estaba sobre la butaca, aquel que tantas veces había vestido en fiestas, aquel que llevaba el día en que su padre presentó a los Villalmar a su familia. Ese vestido que, cuando abandonó la casa, tenía una carta de amor escondida en uno de sus pliegues y que pensaba darle una vez los ocultos negocios de sus padres hubiesen finalizado, pero que ahora había desaparecido. En su lugar, Elia encontró una tarjeta con dos palabras escritas: “Te esperaré…”.
Nada más leerlo, Elia continuó frenética su búsqueda, apenas se paró en el resto de habitaciones amuebladas y tan sólo abrió la puerta de las vacías. Cuando llegó a la balconada, un viento suave le golpeó en la cara, devolviéndola ligeramente a la realidad. Un remolino de hojas se levantó, como si la saludase alegremente. Elia recorrió con la mirada la balconada y acto seguido, continuó su búsqueda en la planta baja, donde las cocinas, en un anexo al edificio principal, se habían derrumbado. El resto del piso seguía intacto, pero en su mayoría estaba desamueblado.
Al pasar por los salones de baile, creyó oír los ecos de miles de conversaciones pasadas, las risas cantarinas de mujeres, las discusiones en tono jovial de duques, condes y empresarios enriquecidos, los trasiegos de los sirvientes, siempre a punto con un canapé o una copa de licor para acompañar la velada y, por supuesto, los valses que tocaban los músicos, mientras los invitados danzaban por parejas. Recuerdos de aquellos momentos felices.

4 comentarios:

Tamaruca dijo...

Uy! Voy a empezar por el 1º, así lo leo entero estos ratitos tontos de oficina ^^´

muackiss!

Darka Treake dijo...

Que bueno!!

Me ha gustado mucho!!

En especial, lo ultimo, lo que ella cree oir, "los ecos de miles de conversaciones pasadas"...

Y su respuesta: "Te esperaré..."

Ansioso por el próximo!
Darka.

Oz dijo...

Ay... haber si avanza más la historia y quedan más claras las cosas que sino sólo puede inventar historias en mi cabeza... Muy buena la descripción, para variar, me gusta como has hablado de los recuerdas de la propia casa, de los ecos que aún resuenan por las paredes...

Laura Luna dijo...

Me ha recordado al videoclip de Within Temptation, "Memories"^^

Una paranoia personal.
Un beso, guapa,
Mun