domingo, 13 de enero de 2008


No es cieno,

ni agua,

ni aceite.


No es miedo,

ni sueño,

ni muerte.


Silencio

apenas

hiriente.


----------------------------------


Y, poco a poco, volvió a intentar levantarse.

Llevaba una mano en la herida,

para contener su sangre.


La otra, la más firme diestra,

soporta las zarzas, desgarre

de un viento mojado en alambre.



(continuará)

3 comentarios:

Ailën dijo...

No me convence, pero tenía que escribir.

Kâlü dijo...

Nena, sabes q puedews contar conmigo para lo q sea. Aunq estes constantemente trsite o te sientas mal, pues me das un toque o un mensajito y cuando te conteste sabras que yo estoy hay poara ver como no-sonries por fera pero por dentro lo intentas...
TQ pekeña gatita!
Besos

Celia dijo...

Lo "bueno" de las heridas que se reabren es que una ya sabe como taparlas para que no sangren tanto como la primera vez, cuando aparecieron...